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Resumen Conferencia V congreso

8 noviembre, 2014Congresos, Tablón de anunciossaeia

Congreso de la SAEIA

Este escrito es una síntesis de la conferencia pronunciada por el Dr. Félix L. Elorza en la apertura del V congreso de SAEIA celebrado en Sevilla el 8 de noviembre de 2014.

En esta primera conferencia, y con motivo de ser el V aniversario de SAEIA, el Dr. Elorza realizó una síntesis de toda la historia que hemos desarrollado sobre el conocimiento de la histaminosis desde que se diagnosticó la causa de la primera migraña en 1980 hasta hoy.

En primer lugar expuso que todos estos esfuerzos se hicieron con un carácter puramente asistencial y que el devenir de los acontecimientos fue cambiando la historia hasta el punto de interpretar que la histamina podría liberarse por un mecanismo no descrito y que los cúmulos de la misma liberada de una forma silente eran causa de enfermedad crónica.

Estos hechos nos hicieron reflexionar a todos porque teníamos la responsabilidad de abrir una línea de conocimiento, por lo cual la incorporación de algún síntoma había de ser minuciosamente valorado.

La información a veces la proporcionaba el mismo enfermo, así supimos que los enfermos con cefaleas, una vez tratados dietéticamente mejoraban del estreñimiento o diarrea y posteriormente de las contracturas dorsales.

Esta fase incipiente y los diez años posteriores fueron apasionantes en el conocimiento de lo que terminamos llamando histaminosis alimentaria no alérgica (HANA). En este tiempo incipiente hubo personas decisivas a las que hoy le rendimos tributo por su aportación. Nombró entre otros al Dr. Mateo, Dr. Lizaso, Dr. Alejo, Prof. F. Argüelles, Dr. J.M. Rodríguez, Dr. C. Luna, Prof. F. Camacho, Dr. M.A. López y Dr. F. de las Morenas, resaltando las aportaciones importantes de cada uno que iban siendo compartidas por todos. De cada uno de los síntomas que hoy manejamos con soltura, hasta que fue incorporado como tal, podríamos escribir una historia realmente interesante, pues algunos de los síntomas los incorporamos en cuatro o cinco meses pero otros tardamos varios años.

Diez años después de haber comenzado, disponíamos de un conjunto de síntomas inequívocos que permitían dos cosas importantes:

  • Que el diagnóstico de HANA para un médico formado en este tema era exclusivamente clínico, es decir que el estudio analítico era exclusivamente para saber la etiología de los alimentos responsables.
  • Que cuando teníamos un síntoma nuevo era relativamente fácil valorarlo porque conocíamos perfectamente otro conjunto de síntomas y su evolución con el tratamiento.

Esto nos permitió ir ampliando a otros síntomas especialmente cuando se incorporaba un facultativo de otras especialidades que siempre aportaba síntomas específicos de su especialidad y esto ocurrió sobre todo en ginecología. Recordemos que durante el III Congreso de SAEIA, el Dr. Navarro, director del centro de reproducción asistida Bionac, expuso los resultados obtenidos en mujeres descartadas para la reproducción y como resultado más llamativo resultó que había sido posible recuperar la reproducción en el 32 % de las mujeres descartadas y todas con edades superiores a los 40 años.

En el año 2006, es decir 26 años después de haber hecho nuestro supuesto de la liberación de histamina por un proceso no alérgico, Bachelet I. describe este mecanismo y dos años mas tarde Weissler A. corrobora el trabajo anterior y así se publican varios trabajos más con lo cual, nuestra sospecha queda felizmente documentada y es más, el mecanismo descrito explica todos los pormenores que ya veníamos observando en los enfermos estudiados. Proyecta diapositivas de los mecanismos.

SITUACIÓN ACTUAL:

  1. En el diagnóstico: para un facultativo debidamente formado en esta disciplina el diagnóstico es puramente clínico. Algunos de los síntomas más importantes relacionados con un HANA son los siguientes: cefaleas en sus múltiples variedades, olvidos momentáneos, fatiga muscular crónica, alteraciones del ritmo cardiaco, cambios de temperatura, alteración de las secreciones, dermatitis y urticaria crónica, deshidrataciones intervertebrales, contracturas musculares recidivantes, sequedad de piel, estreñimiento y/o diarrea, distensión abdominal, retención de agua, dolores articulares y musculares, hiperactividad, túnel carpiano, tendón rotuliano, abortos de repetición e infertilidad…, no estando esta lista cerrada.
  2. Tratamiento: los tratamientos han de ser muy personalizados y todas las actividades del mismo han de ir encaminadas a bajar la concentración de histamina tisular; en la medida en que lo consigamos estaremos disminuyendo los síntomas.
    Como arma principal están las dietas terapéuticas, pero cada enfermo, además de esto, tiene o puede tener una serie de connotaciones que el médico ha de tener en cuenta para el correcto tratamiento.
  3. Pronóstico: de cada enfermo hay que tener un proyecto de evolución y cuando no se cumplan las expectativas previstas se han de buscar las causas. Cada modelo de evolución nos indica cuál ha de ser el camino a seguir, teniendo en cuenta que aproximadamente el 94 % de los pacientes presenta buena evolución en los seis meses siguientes. Así tenemos:
    1. Modelo de buena evolución. Los síntomas digestivos se han de normalizar antes del mes de tratamiento y han de permanecer estables.
    2. Inicialmente buena evolución y retroceso a los dos o tres meses. En estos casos la regresión puede estar justificada por:
      • Trasgresión de la dieta porque el enfermo se encuentra bien y se confía.
      • Nuevas sensibilizaciones por abuso en el consumo de algún alimento.
      • Nuevas sensibilizaciones por disfunciones intestinales.
      • Situaciones de estrés por problemas personales.

      Todas estas opciones han de considerarse minuciosamente y subsanarlas bien afrontando la raíz del problema.

    3. Demostrando que las sensibilizaciones alimentarias están adecuadamente tratadas, pero no hay evolución. Estos son casos porcentualmente minoritarios; lo atribuimos a que la histamina no se aclara debidamente por la presencia de agentes tóxicos en los tejidos tales como metales pesados u otros, en cuyo caso la eliminación de estos agentes causales ha de ser prioritaria.

Una de las preguntas clave que nos podemos hacer es: ¿por qué hay tantos afectados?, y también ¿hay más o menos que hace sesenta o setenta años?

Cuando un problema es tan prevalente, hemos de pensar que no hay sólo una causa, y si analizamos los protagonistas veremos que aquí tenemos tres implicados: A) Los alimentos, B) El tubo digestivo, y C) El medio que nos rodea.

Los alimentos:

Es evidente que hoy nos alimentamos mejor que hace años, pero no todos los progresos han sido igual de afortunados para la salud. El hecho de hacer más rentables los cultivos de trigo no quiere decir que el trigo que consumimos sea más digestible que el anterior. De otra parte, comemos moléculas de síntesis que no están en la naturaleza de una forma espontánea, y así se propusieron varios ejemplos que aconsejaban establecer actividades correctoras en la producción de alimentos.

El tubo digestivo:

El tubo digestivo lo estamos maltratando continuamente. Desde la crianza, nos hemos apartado del resto de los mamíferos. Estamos realizando continuas agresiones con moléculas de síntesis las cuales nuestro arsenal digestivo no está preparado para reconocer y esto en ocasiones hace cambiar el equilibrio de la flora digestiva pudiendo ser causa desencadenante de enfermedad. También el consumo de fármacos puede ser una fuente de riesgo para su integridad. Se ponen varios ejemplos.

El medio:

Hemos creado un medio realmente desequilibrado para la especie humana. Hoy vivimos entre multitud de campos magnéticos cuya influencia en ocasiones ha demostrado ser nociva. La velocidad con la que nos movemos va acompañada de cambios térmicos y ambientales que no permiten una adaptación progresiva. Hemos fabricado productos de síntesis (plásticos…) que están alterando el medio ambiente. Otro de los casos flagrantes es haber introducido metales pesados en exceso, que después de los años aparecen en sangre ya en recién nacidos, como el mercurio. Igual podríamos hablar de los fertilizantes químicos, aditivos y una larga lista. Se ponen varios ejemplos.

En resumen, los tres elementos valorados de una forma u otra están colaborando a que este mecanismo de enfermedad progrese y, por tanto, si no establecemos medidas preventivas, tendremos que utilizar más recursos terapéuticos.

Así que, en la actualidad, con una formación adecuada, el diagnóstico puede ser clínico.

  • Para los síntomas no conocidos tenemos un modelo de valoración.
  • Tenemos un modelo previsto de evolución y unos protocolos a seguir cuando no se cumplan.
  • Sabemos que la dieta es el tratamiento básico.
  • Sabemos la influencia de otros factores en el proceso, pero nunca son causa de enfermedad.

EN RESUMEN:

  • La histaminosis alimentaria no alérgica (HANA) es una enfermedad adquirida.
  • Todos los síntomas que se han ido describiendo nos llevan a pensar en dos grandes procesos: el inflamatorio y el autoinmune, que pueden recibir distintos nombres según la zona anatómica afectada.
  • La distribución personal de la histamina y de los receptores por las distintas zonas anatómicas son las responsables de la gran cantidad de síntomas y sus consecuencias.
  • También hay síntomas que se pueden considerar consecuencia, tales como los derivados de la mala distribución del agua (deshidrataciones de discos intervertebrales, pseudocistitis, piel seca , etc.).
  • En HANA, la disminución de las concentraciones tisulares de histamina es la única forma de control de la enfermedad.
  • Para conseguirlo hemos de erradicar las causas histaminliberadoras, principalmente los alimentos. El contenido de histamina de los alimentos no es causa de enfermedad crónica por ello no es un factor importante.
  • El enfermo he de ser cuidado en todos sus aspectos: dieta, concomitancia con otros procesos, consumo de fármacos, estrés y hábitos de vida.
  • Esto requiere un manejo clínico y dietético laborioso.
  • Hay que decir muy encarecidamente que las enfermedades alimentarias NO son cuestión de hacerse un análisis y retirar los alimentos que den positivos; eso tendría poco recorrido.

NUEVOS HORIZONTES

Pronosticar el futuro siempre puede correr algún riesgo pero actualmente recomendamos:

  • Formar al enfermo sobre su enfermedad.
  • Advertir que sin su implicación todo trabajo puede ser estéril.
  • Esta es una enfermedad progresiva, o se mejora o avanza.
  • Necesitamos profundizar más en los mecanismos del tubo digestivo así como en las actuaciones para su reparación.
  • Tenemos que acortar los tiempos de tratamiento.

Respecto a los afectados recomendamos:

  • Que no banalicen su problema.
  • Sería aconsejable que comieran comidas más simples (menos componentes) y lo más controladas posible; comer fuera de casa siempre es un riesgo.
  • El consumo de fármacos hay que minimizarlo.

Posteriormente, agradeció la información aportada por los enfermos durante estos últimos treinta y cuatro años así como a los más de ochenta médicos que en este momento están colaborado con sus aportaciones dando por último las gracias al equipo del laboratorio LAB SUR que con tanta ilusión trabaja el tema.

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